El marcar una diferenciación de géneros conlleva a una condición de exclusión y discriminación social por una parte, y por la otra un desequilibrio de poder característico entre los géneros, que es el común denominador que propicia las relaciones desiguales y comportamientos violentos, lo que explica las condiciones de sometimiento-tiranía, inferioridad-superioridad, victimización-dominio.
Si se actuara en las primeras etapas de la vida, de manera planeada y estratégica de tal forma que niños y niñas se conciban con diferencias no excluyentes ni opuestas, estaríamos en posibilidad de prevenir estas problematicas futuras. Es por esto que una mirada a la infancia puede iluminar los caminos para construir un futuro y una sociedad libre de violencia, injusticia e impunidad.
• Los pequeños internalizan los mensajes paternos, independientemente del género, a edades muy tempranas y se ha encontrado una toma de conciencia de las diferencias de rol de sexo en los adultos a los dos años de edad (Weinraub, Clemens. Sacloff, Ethridge, Gracely & Mayers, 1984).
Elección de juguetes: niños y niñas. Centro Regional de Investigación de Sicología. Volumen 2. Numero 1. 2006. Pág. 91-94
Algunos conceptos..
Sexo: Se refiere a las características biológicas diferenciales que existen entre las mujeres y los hombres. Dichas características son de orden físico e indican el sexo: masculino y femenino. Resulta evidente que el naciemiento determina una serie de rasgos anatómicos sobre los que el individuo no tiene capacidad de decisión.
Género: Se refiere al conjunto de espectativas que la sociedad deposita en relación a los distintos comportamientos que deberían tener los hombres y las mujeres. Por ejemplo, en cuanto a la asignación de responsabilidades, se espera que los hombres mantengan mayor protagonismo en el mundo del trabajo, mientras que de las mujeres se espera que ejerzan esa responsabilidad en el ámbito doméstico (aunque dispongan de un trabajo retribuido). Por lo tanto, el género es una circunstancia social, que depende de las distintas culturas y creencias. En este caso, los individuos sí conservan cierto margen de actualización, en la medida que lo adaptan a "su" particular forma de entender lo que "debe ser" un hombre o una mujer. Cuando hombres y mujeres establecen sus intenciones en función de las espectativas sociales, las denominamos relaciones de género.
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